Santa en Verano

Parte I
—Cecilia, se me desocupa el departamento de la Del Valle. Por favor búscale un nuevo inquilino.
—Con mucho gusto, Leopoldo. Gracias por la oportunidad. ¿Le vas a dar mantenimiento?
—No. El que se va lo deja muy bien. Ah, el mantenimiento va a subir. Bueno, ya sabes, asegúrate de que el nuevo inquilino tenga todo, solvencia, buró de crédito verde, fiador con bien raíz en la Ciudad de México, que pague el cien por ciento de la póliza y firme los pagarés. ¡Te lo encargo!
—Oye, Leopoldo, mis colegas me hacen burla, dicen que hay requisitos difíciles y “los de Ceci”. Encontrar quien cumpla con todo lo que pedimos, es una carta a Santa Claus pero, como siempre, entre los interesados veré quién se acerca más al perfil, en todos los sentidos.
—Gracias, Cecilia. Estamos en comunicación.
Cecilia se pone a trabajar y encuentra una línea en la que ubicación, estado de conservación y precio, resulten irresistibles. Se lanza a la Del Valle.
—Hola, Don Wences. ¿Cómo le va? —saluda al conserje del edificio en donde está el departamento de Leopoldo—.
—¡Licenciada! —exclama Don Wences— a sabiendas de que las propinas empezarán ese mismo día.
Contemplando el anuncio de “se renta” en la fachada del condominio y en su cámara el material para los anuncios, se dice a sí misma, —Este departamento lo debo rentar antes de un mes para que salgan los números—.
Recibe un par de llamadas. Invita a los interesados a conocer el departamento.
—¿Cecilia? —pregunta una voz en el teléfono—.
—Sí, Leonel, a tus órdenes, —responde ella al identificar que está hablando con uno de los interesados que ya vieron el departamento.
—Mi novia y yo estamos interesados en el departamento. ¿Qué sigue para que lo rentemos?
—¡Qué gusto, Leonel! Lo que sigue es documentar. ¿Tienes la lista que te envié cuándo platicamos por primera vez, verdad? Recuerda, por favor, que los pagarés no estarán vinculados al contrato y…
—Muy bien, Cecilia. Dame un rato y te mando a todo a tu correo.
Continúa en Parte II
Claudia Del Valle de Maryssael
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Santa en Verano
Parte II
Dos días después, con sorpresa, Cecilia comprueba que todos los documentos de Leonel están en orden. Parece que la carta a Santa Claus se cumple.
—¿Leonel? —pregunta Cecilia cuando le contestan la llamada.
—Sí, Ceci. Dime.
—La validación de tu información es positiva al igual que el resultado de la investigación del bien raíz en el Registro Público de la Propiedad. ¿Organizo para que firmen el viernes y así, ustedes disfruten de las dos semanas de gracia que les ofrece el propietario?
—¡Eso suena muy bien, Cecilia! Adelante.
Ella trabaja sin tregua y en equipo con el ejecutivo del despacho de pólizas. Después de una intensa jornada de trabajo, todo está listo y todos de acuerdo.
—¿Confirmamos la cita para firmar mañana a las nueve de la mañana? —pregunta Cecilia a propietario e inquilino—.
—Sí, confirmado, —responde cada uno por su lado—.
19:40 de la noche previa a la firma:
—Cecilia, estamos viendo que los pagarés no están vinculados al contrato y no podemos firmar nada así, —dice tajantemente Leonel—.
Cecilia no discute. Responde lacónicamente:
—Lo mencioné cuándo hablamos de los requisitos pero, no los quiero contradecir. Para el propietario la firma de esos pagarés, no vinculados al contrato, son un requisito. ¿Qué desean hacer?
—No podemos firmar nada de ese tipo porque…
—Entiendo. ¿Quieren cancelar la operación?
Un prolongado silencio se apodera de la conversación. Después de murmurar con su novia, Leonel se pronuncia enérgicamente:
—Lamentamos esto, Cecilia porque el departamento nos encanta pero así, no podremos ir adelante.
—Los comprendo. Aviso que se cancela la operación. Gracias, buenas noches y éxito en todo, —dice al despedirse.
Reajusta su agenda y se dispone a cenar con su marido.
—¿Qué pasó? —pregunta él—. Te escuché en una llamada medio larga.
—No muy larga. Solo comprobé que Santa Claus no existe.
Continúa en Parte III
Claudia Del Valle de Maryssael
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Santa de Verano III
—Leopoldo, buenas noches. Soy Cecilia. Llamo para avisarte que la firma de mañana se cancela.
—¿Cómo? ¡No puede ser! ¿Por qué?
—El suegro de Leonel le hizo ver los riesgos de firmar los pagarés y no va a ir adelante, si esa es una condición insoslayable.
—Ay. ¿Qué hago?
—Ojalá tuviera una bola de cristal y poder asegurarte que todo estará bien pero, a falta de eso puedo decir que: Leonel y su novia tienen un trabajo estable, pueden pagar la renta porque superan la proporción de tres veces el ingreso mensual, a un mes de renta, el buró de crédito de ambos es totalmente verde y tienen un fiador con bien raíz, libre de adeudo y gravamen en la Ciudad de México, pagan el cien por ciento de la póliza jurídica y les encanta el departamento. Me causa la impresión de que son un buen perfil. Tú, ¿qué piensas?
—Dime qué sentiste al entrevistarlos y ahorita que te dijeron que no firmaban los pagarés que habían dicho que sí firmarían. Saber lo que se siente es muy importante.
—En ambas ocasiones los percibí sólidos, firmes, educados, asertivos.
—Pero dime qué sentiste.
—Reitero lo anterior y eso me hace sentir que estoy frente a personas con las que me comunico bien.
—O sea que no me vas a decir si ¿te laten o no?
—Sólidos, firmes, educados, asertivos, ¿te suena a “me laten”?
—Sí. Dale para adelante. Solo anota en el contrato que el próximo año deben volver a pagar la investigación del bien raíz y a contratar el servicio de la póliza jurídica.
—De acuerdo.
—¿Leonel? Buenos días, soy Cecilia.
—Hola, Ceci.
—Te comento que el propietario está dispuesto a prescindir de los pagarés si al contrato se añade que el próximo año vuelven a cubrir la investigación del bien en garantía y la póliza. ¿Les parece una alternativa para ir adelante?
—Claro, Ceci. ¡Eso funciona muy bien para nosotros! ¡Gracias! ¡Estamos muy contentos!
—¿Programamos la firma?
—¡Sí!
—Entonces, Cecilia, ¿qué pasó? —pregunta Adriana, una colega.
—Pasa que Santa Claus no existe pero, bajo el razonamiento avalado con documentos e investigación, el Santa de Verano puede conceder el cierre de la operación.
Claudia Del Valle de Maryssael
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